Doce universidades de doce países europeos han participado en este proyecto, que se basa en una metodología revolucionaria, el Aprendizaje-Servicio (ApS). Una propuesta pedagógica que relaciona el trabajo académico y el compromiso con la comunidad, un enfoque que busca acercar lo personal y lo social. Este proyecto ha sido seleccionado como ejemplo de buenas prácticas por el SEPIE y como historia de éxito por la Comisión Europea.
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